Por Rafael Pujols Mao, Valverde.- Siempre recuerdo que estando pequeño se me inculcó que los símbolos patrios, tales como la Bandera Tricolor y el Escudo, son parte de la vida misma de todo aquel que se considere dominicano. Que sobre todas las cosas personales, tenemos que amarlos y defenderlos a sangre y fuego si fuere necesario. Es por ello que quiero dedicar a los niños y niñas patriotas, ésta pequeña reflexión para que aprendan a darle el valor que merecen los símbolos patrios que fue unos de los mejores legados que nos dejaran Duarte, Sanchez y Mella, así como otros tantos dominicanos que lucharon por la Restauración de la República. Dios, Patria y Libertad, así esta escrito en la parte superior del escudo dominicano, como recordación de que los padres de la patria, tenían en primer lugar en sus pretensiones libertadoras, a Dios, luego el terruño en que nacieron y en un tercer plano ser libre e independiente. Deja que los niños vengan a mí, dijo Jesús, cuando trataron de detener a un grupo de ellos que pretendía llegar a su lado para saludarlo, y eso no fue en vano, porque también Dios tenía claro que la niñez es la edad para comprender muchas cosas de la vida.... Es sin lugar a dudas, la edad donde no existe la malicia, el rencor ni las mal sanas acciones que hoy corrompen la sociedad dominicana y el mundo en sentido general. Protejamos a este tan importante sector de la sociedad, ya no más violencia, ni corrupción, que se termine el maltrato a la niñez, la mujer, más oportunidades para los jóvenes, construyamos un país como lo soñaron los padres de la Patria, los independentistas y los Restauradores....
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