Por Rafael Pujols
Mao.- Dicen que el Director del INDENOR, Ramón Tejada, renunció recientemente de ese cargo, aunque otros alegan que el mismo fue obligado a dejar la entidad por razones que no revelaron.
De ser sierta la renuncia de éste personaje, las autoridades que conforman el Directorio de esa institución, deben investigar a fondo el porqué?, nadie tira una bolsa llena de dinero a las calles dónde hay tantas personas hambrientas sin el pan de su familia.
Eso llama mucho a la atención, nadie renuncia voluntariamente a una suma de dinero que podría llegar a los cien mil pesos entre sueldo, dieta y combustible cada mes, menos ahora en que las enfermedades se han hecho cargo de la tranquilidad y parte del bolsillo de esa persona que tanto daño hizo a muchos empleados del INDENOR apoyado por la presidencia y del Directorio, así como de algunos jefecitos que se creen los dueños de la institución.
Tanto es así, que se han liquidados y luego nombrados con el sueldo de sus apetencias.
Qué pena¡, la suerte macabra por la que atraviesa la entidad con un accionar en las cuatro provincias que conforman la region Noroeste de la República Dominicana y que fue el desvelo de muchos hombres de Valverde, Santiago Rodríguez, Montecristi y Dajabón, desde el año 2013 haya estado siendo empujada hacía un precipicio sin fondo del que no ha sido posible sacarla.
El histórico presidente del INDENOR, Monseñor Jerónimo Tomás Abreu Herrera, primer Obispo de la Diócesis Mao-Montecristi, ya fallecido, sé que donde quieras que estés debe estar lamentandose de la situación por la que han enrumbado esa institución.
Lo dije una vez, que esa entidad de planificación y desarrollo regional le quedaría grande a Ramón Tejada, y nadie me creyó, sino que me tildaron al igual que él, de tener una componendas en contra de la institución producto de mi cancelación.
En tal sentido, permítanme aclarar, que mi cancelación fue arbitraria y que se debió a que delante de una autoridad de la USAID y la REDDOM, denuncié con mucha propiedad y seriedad, que funcionaba una mafia o mejor dicho que me habían robado un dinero que al igual que a otros empleados, me debieron entregar en el año 2014, como un incentivo de unos proyectos que se estaban ejecutando en comunidades de Santiago Rodríguez y Dajabón.
Dichos proyectos consistieron en la instalación de letrinas mejoradas, la entrega de filtros caseros, semillas para huertos familiares y la reconstrucción y ampliación de dos acueductos rurales.
Es irrisorio que tres empleados escogidos por el Director Tejada Bajo el alegato de que no se acordaron que yo desde un principio era parte fundamental desde la posición que ostentaba en el Indenor en la ejecución de los citados proyectos, tanto es así, que los primeros ocho retretes del plan piloto, tuve que ir a Santiago a buscarlos en mi carro porque en esos momentos no había en la institución vehículos disponibles y a esos cuatro personajes se le olvidó que ellos firmaron la orden de compra, el tique de combustible y el de la dieta.
Cuanta falsedad y maldad albergan en su corazón esas personas que se criaron agarrados de las faldas de las sotanas de sacerdotes que siempre inculcaron el amor al prójimo y que al parecer de sus enseñanzas no aprendieron.
Por ejemplo, el fenecido Obispo de la Diócesis Mao-Montecristi, monseñor Jerónimo Tomás Abreu Herrera, siempre decía que todo aquel que estudia o trabaja debe dárseles tiempo de ocio y un sueldo aceptable para una mejor calidad de vida, contrario al accionar del actual Director, que siempre se mostro altanero y cuando en alguna actividad de la institución, como en mi caso, no permitía el acceso a los alimentos, y él era quien autorizaba a que hora el empleado podía comer, porque al parecer esa persona es dueño y señor de la entidad de la cual lo único que ha hecho es beneficiarse.
Contrario a mi persona, que trabaje algún tiempo de manera gratuita, luego cobrando un sueldo miserable, pero trabajando con honor, responsabilidad y amor por mi región Noroeste.
martes, 7 de agosto de 2018
Renuncia Director INDENOR, ¿Voluntaria o forzosa?.
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