Por
Rafael Pujols
El
Puente San Rafael, Laguna Salada.- El aumento sorpresivo del nivel del caudal del Río Yaque del Norte, cuyas aguas arrastraban grandes cantidades de desechos plásticos y de otras índoles, se convirtió en un espectáculo para la población.
Parado en el puente San Rafael sobre el
río en cuestión, comunidad limítrofe entre el municipio de Mao, los Distritos
Municipales de Guayacanes en Laguna Salada y Boca de Mao, Esperanza, observamos
que sus aguas arrastraban una gran cantidad de desechos plásticos, ramas y
otros tipos de basura que lanzan desaprensivos en la parte alta de esa cuenca hidrográfica,
quienes con ese accionar contaminan y dañan la calidad del preciado líquido.
! Qué pena!, que aún a
sabiendas de la problemática de la extrema sequía que nos afecta desde el
pasado año 2018, haya personas que en vez de comérselas, tiren la basura a los
espacios públicos y sobre todo, a los cauces de las fuentes acuíferas
convirtiendo esos espacios en grandes vertederos y sus aguas en entes
contaminantes que impiden que estás sean usadas para el consumo humano.
Pero mayor pena me dio cuando
el esposo de mi hija mayor que me acompañaba, y que es de origen Alemán, me
dijo que eso que ocurriría con el Río Yaque del Norte, le llenaba de tristeza,
por lo que abogó, para que el Estado Dominicano unido al sector privado,
realice un programa de concientización para evitar continúen estos daños al
medio ambiente y a los recursos naturales.
Al parecer, el aumento del caudal de este
afluente, se debió a que las lluvias caídas en esta semana en la provincia de Santiago
y zonas aledañas, fueron a parar al Yaque del Norte, el cual desde hace varios
meses sirvió para que desaprensivos lanzaran al fondo del mismo todo tipo de
desechos para cuando caigan las precipitaciones las arrastren Rio hacia abajo.
Pero eso no es todo, esas lluvias cuyas
correntias fueron a parar a tan importante afluente de agua, uno de los ríos más
largo de la República Dominicana, con la que irrigan miles de tareas de tierra
sembradas de arroz, bananos, yuca, tomate y otros rubros que movilizan la economía
de la región Noroeste, arrastraban desechos provenientes de fincas en producción.
Cabe destacar, que muchos de esos desechos
pudieron servir como alimentos para animales, porque eran hojas y tallos de
banano, esquejes de batata y yerba.
Sin lugar a dudas, que algunos ganaderos de
Santiago Rodríguez, Dajabón, Montecristi y Valverde, en el Noroeste de la
República Dominicana, les hubiesen dado un buen uso a esos alimentos vertidos
al fondo del Rio Yaque del Norte con la finalidad de limpiar sus predios y con
la agravante de que contaminan el agua que sirve para la irrigación de otras
fincas altamente productivas.
Es lamentable que en este caso las
autoridades competentes tal vez no puedan establecer culpables de este punible
accionar, que constituye un crimen contra el Medio Ambiente, pero en especial afecta
al recurso agua y la salud de mucha gente.
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