El maestro Cándido Almánzar, afirma que para lograrlo hay que educar la presente y futuras generaciones.
Por Rafael Pujols
Mao, Valverde.- “La Paz está
muy amenazada”, según lo expresado por el Magnifico Rector del Recinto de esta
Ciudad de la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA-Mao), maestro Cándido
Almánzar, quien afirma se hace necesario y urgente retomar la paz como eje
transversal de primer orden y que para ello hay que educar.
En ese orden
destacó que es ineludible continuar la preparación de las presentes y futuras
generaciones, en el entendido que la educación para la paz es una competencia
afectiva que debe velar de manera indesmayable por la formación social, humana,
cristiana y cívica del educando; de su preparación para integrarse al grupo
social y cumplir los roles que le corresponden.
El Rector de UTESA, Mao, Cándido Almánzar, se pronuncio
en esos términos en sus palabras de salutación en el acto de investidura de la
Vigésima Quinta Graduación Ordinaria de ese Recinto Universitario, en el cual 238 nuevos profesionales recibieron sus Títulos y le fue otorgado a Monseñor Diomedes Espinal de León, el Título de "Doctor Honoris y Causa", el evento fue celebrado en
el Bajo Techo del Complejo Deportivo Mao 97, en representación del Magnifico
Canciller, Príamo Rodríguez Castillo.
Destacó el Catedrático durante su discurso, que desde los orígenes de la
humanidad, el hombre siempre ha buscado la paz; una paz que hoy día, estamos
más necesitados de obtenerla por los ambientes deformados y la gran inversión
de los valores del ciudadano moderno.
“Uno de los
principales objetivos de la organización de las Naciones Unidas (ONU), es el de
mantener la paz y la seguridad internacional, fomentando las relaciones de
amistad entre los pueblos para mejorar la vida, el analfabetismo y promover el
respeto a los derechos y las libertades”, resaltó Almánzar.
Sostuvo que la educación debe
responder a las características y necesidades de la sociedad, de tal manera que
el sujeto alcance las actitudes, valores y capacidades para la integración
activa con los aportes de esfuerzos en pro de los intereses del grupo y del
mejoramiento colectivo.
Dijo que las actuales
circunstancias históricas de la sociedad y de los países en vía de desarrollo,
demandan el énfasis en la educación social y con ella, provocar el
entendimiento, el respeto, la solidaridad, la equidad, la consideración entre
sí y con el grupo mismo.
“Es posible que la carga de
dificultades, limitaciones e insatisfacciones que nos afectan en el presente,
nos impidan prever como meta futura la armonía y la colaboración entre todos”,
manifestó.
Resaltó que
siempre se ha valorado en su justa dimensión que en los tiempos actuales la
humanidad ha logrado avances extraordinarios en el campo de la ciencia y la
tecnología, pero que no ha incrementado en igual proporción el amor al prójimo,
la búsqueda de la felicidad colectiva y, con ella, el establecimiento de la
justicia y la concordia entre todos los pueblos.
Alegó el
educador, que es innegable que los primeros pasos deben orientarse a la
superación de las condiciones de pobreza extrema, de la ignorancia, la
desatención en todos los órdenes que afectan a la mayoría de los hombres y
mujeres que habitan el planeta Tierra.
En tal
sentido indicó que para conformar una sociedad en armonía se hace imprescindible
tener presente un conjunto de valores, identificados y denominados como "la
cadena de transmisión de valores, que para nuestra institución, el Sistema
Corporativo de UTESA, no es más que un conjunto de valores éticos y
morales, los cuales son los responsables de los buenos modales. Estos valores
se originan en el seno del núcleo familiar”.
Puntualizó,
que este modelo familiar se afianza y se socializa en las escuelas, en las
universidades y en los diferentes grupos y entes sociales que conforman nuestra
sociedad actual y que esa cadena de transmisión de valores se difunde a través
de los diferentes medios y plataformas digitales de uso común hoy en día, para
de una manera especial ser exhibidos y puestos en práctica por los líderes
comunitarios, religiosos, académicos, militares, empresariales y, sobre todo,
políticos.
Agregó,
Cándido Almánzar, que el manejo
consciente de valores aprendidos y socializados por parte de estos líderes, nos
permitirá avanzar hacia el futuro, guiados por acciones éticas para el logro de sociedades más justas
y sostenibles, lo que nos ofrecerá mayores oportunidades de desarrollo.
“Nuestra academia
está consciente del rol preponderante que debe jugar para la consecución de una
sociedad sin violencia. Es juicioso señalar que la formación hogareña, la
distribución equitativa de oportunidades y el establecimiento de la justicia,
son elementos indispensables para lograr una cultura de paz.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario